CRUZADA DEL SANTO ROSARIO POR VENEZUELA

“El Santo Rosario, es el arma de nuestra alma”.  Hoy mas que nunca lo necesitamos, al vivir nuestra Venezuela esta contrariedades nuestro gran anhelado es el orar juntos, presentar a Dios misericordiosos la realidad que vivimos y supliquémosle tenga piedad de nosotros y nunca mas volvamos a cometer los mismos errores, los invitamos a propagar y encender al prójimo con la pólvora de la fe, encender sus corazones y juntos como católicos obtendremos la liberación...

¡Oh María! Madre de la Divina Misericordia.
Se Tú mi defensa y en la perseverancia final… amén




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¿Qué es el Santo Rosario? 802 años de su creación

"El Rosario o salterio de la Sma. Virgen, es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías y tratando de ir meditando mientras tanto en la Vida de Nuestro Señor". El Rosario constaba de 15 Padrenuestros y 150 Avemarías, en recuerdo de los 150 Salmos. Ahora son 20 Padrenuestros y 200 Avemarías, al incluir los misterios de la luz.
Sumo Pontífice San Pío V en su "Bula" de 1569

La palabra Rosario significa "Corona de Rosas". La Santísima Virgen ha revelado a varias personas que cada vez que dicen el Ave María le están dando a Ella una hermosa rosa y que cada Rosario completo le hace una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, y así el Rosario es la rosa de todas las devociones, y por ello la más importante de todas.

El Rosario está compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal.

Oración mental no es otra cosa que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos veinte misterios se han dividido en cuatro grupos: Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos.

La oración verbal consiste en recitar quince decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario.

La Santa Iglesia recibió el Rosario en su forma actual en el año 1214 de una forma milagrosa: cuando Nuestra Señora se apareciera a Santo Domingo y se lo entregara como un arma poderosa para la conversión de los herejes y otros pecadores de esos tiempos. Desde entonces su devoción se propagó rápidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados.

Entre las varias formas y modos de honrar a la Madre de Dios, optando por las que son mejores en si mismas y mas agradables a Ella, es el rezo del Santo Rosario la que ocupa el lugar preeminente. Vale la pena recordar que entre las variadas apariciones de la Santísma Virgen, siempre Ella ha insistido en el Rezo del Rosario. Es así como, por ejemplo, el 13 de Mayo de 1917 en un pueblo de Portugal llamado Cova de Iria, la Santísima Virgen insiste con vehemencia el rezo del Rosario a los tres pastorcitos, en una de sus muchas apariciones a estos tres videntes.

Siendo un sacramental, el Santo Rosario contiene los principales misterios de nuestra religión Católica, que nutre y sostiene la fe, eleva la mente hasta las verdades divinamente reveladas, nos invita a la conquista de la eterna patria, acrecienta la piedad de los fieles, promueve las virtudes y las robustece. El Rosario es alto en dignidad y eficacia, podría decirse que es la oración más fácil para los sencillos y humildes de corazón, es la oración mas especial que dirigimos a nuestra Madre para que interceda por nosotros ante el trono de Dios.

El Santo Rosario prolonga la vida litúrgica de la Iglesia pero no la sustituye, al contrario enriquece y da vigor a la misma liturgia. Es por ello, que el Santo Rosario se enmarca como una plegaria dentro de la religiosidad popular que contiene un gran tesoro de volares que responde con sabiduría cristiana a los grandes interrogantes de la existencia.

El pueblo latinoamericano es profundamente Mariano, reconoce con una gran sabiduría popular católica, que llegamos a Jesús Salvador a través de María Santísima su Madre y desde los mismos tiempos del descubrimiento y de la conquista de América, se genero una gran devoción por la Virgen María; en Ella, nuestros pueblos siempre han mirado el rostro maternal de quien nos trajo la salvación y con la primera manifestación explicita de la Reina del Cielo en tierra americana, con rostro y figura de mujer mestiza, en México, se acrecentó aun mayor el amor y la devoción a ella en todos los países hispano parlantes, reconociéndola como nuestra propia Madre, llena de amor, de misericordia y de piedad para con sus hijos. Sentimiento que va en relación directa con el origen mismo de la Maternidad Divina: María es Madre de Dios Redentor es también verdaderamente la Madre de todos los miembros de Cristo, porque Ella colaboro con su amor a que nacieran en la Iglesia, los creyentes, miembros de aquella cabeza que es Cristo.

Como se sabe la indulgencia plenaria se puede ganar una vez al día (excepto en peligro de muerte). Es posible obtenerla si se hacen las debidas disposiciones que manda la Iglesia. Es decir, con confesión sacramental, comunión eucarística y oraciones por las intenciones del Papa. Si se desea, la indulgencia se puede ganar para un difunto.

Sobre el objeto del Rosario
Por otro lado, el Beato Pablo VI estableció en su Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina (Doctrina de las indulgencias, Norma 17), que “el fiel que emplea con devoción un objeto de piedad (crucifijo, cruz, Rosario, escapulario o medalla), bendecido debidamente por cualquier sacerdote, gana una indulgencia parcial”.

“Y si hubiese sido bendecido por el Sumo Pontífice o por cualquier Obispo, el fiel, empleando devotamente dicho objeto, puede ganar también una indulgencia plenaria en la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, añadiendo alguna fórmula legítima de profesión de fe”.

Por lo tanto, no basta con llevar el Rosario en el cuello, el bolsillo o el bolso para ganar la indulgencia parcial, sino que se tiene que usar para la oración, para acercarnos más a Dios en la propia vida.


15 promesas de la Santísima Virgen a quienes recen el Santo Rosario
Cuenta la tradición que, en la segunda mitad del siglo XV, la Virgen María se le apareció al Beato dominico Alano de la Rupe, quien escribió el famoso libro “De Dignitate Psalterii” (De la dignidad del Salterio de María), en el cual relata cómo la Virgen pide a Santo Domingo de Guzmán que propague el rezo del Santo Rosario.

Según el Beato Alano, estas son las promesas de Nuestra Señora para quienes rezan frecuentemente y con devoción la oración mariana:

1. Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.

2. Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.

3. El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno: destruye los vicios, disminuye los pecados y nos defiende de las herejías.

4. Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su dedeo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.

5. El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.

6. Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una muerte violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.

7. Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.

8. Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su muerte encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la muerte participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.

9. Libraré del purgatorio a a quienes recen el Rosario devotamente.

10. Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.

11. Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.

12. Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.

13. Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la muerte.

14. Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesús Cristo.


15. La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía. 

Fuente rosario.catholic.net

          

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