LA PALABRA ERA LUZ VERDADERA QUE ALUMBRA




   «Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la Vida, os lo anunciamos» (1Jn 1,1-3)... El Verbo encarnado se dio a conocer a los apóstoles de dos maneras: en primer lugar lo reconocieron a través de la vista, como recibiendo del mismo Verbo el conocimiento del Verbo, y en segundo lugar a través del oído, recibiendo esta vez el conocimiento del Verbo por el testimonio de Juan el Bautista.


Refiriéndose al Verbo, Juan evangelista afirma primero: «Hemos visto su gloria»... Para san Juan Crisóstomo estas palabras van unidas a lo que precede en el evangelio de Juan: «El Verbo se hizo carne». El evangelista quiere decir: la encarnación nos ha conferido no tan sólo el beneficio de poder ser hijos de Dios, sino también el poder ver su gloria. En efecto, unos ojos débiles y enfermos no pueden por ellos mismos mirar la luz del sol; pero cuando brilla dentro de una nube o en un cuerpo opaco, entonces sí pueden contemplarlo. Antes de la encarnación del Verbo, los espíritus humanos eran incapaces de mirar la luz misma «que ilumina a todo hombre». Así que, a fin de que no se vieran privados del gozo de verla, la misma luz, el Verbo de Dios, se quiso revestir de nuestra carne para que pudiéramos contemplarla.


Entonces, los hombres «se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor que aparecía en una nube» (Ex 16,10), es decir, al Verbo de Dios hecho carne... Y san Agustín señala que para que nosotros pudiéramos ver a Dios, el Verbo curó los ojos de los hombres haciendo de su carne un colirio salutífero... Por eso inmediatamente de haber dicho: «El Verbo se hizo carne» el evangelista añade: «Y hemos visto su gloria» como para decirnos que después de haber aplicado el colirio, sanaron nuestros ojos... Es esta la gloria que Moisés deseaba ver y de la cual no vio más que la sombra y el símbolo. Los apóstoles, por el contrario, vieron su mismo esplendor.


(Santo Tomás de Aquino 1225-1274, dominico, teólogo, doctor de la Iglesia)
#MadreDeLaDM 
#iesuRR 
#QseReza

MÁRTIRES, INCAPACES DE CONFESAR EL NOMBRE DE TU HIJO, SON GLORIFICADOS POR EL NACIMIENTO DE CRISTO



Es justo que celebremos la muerte de estos inocentes pues es una muerte santa. Cuando los acontecimientos nos acercan a Cristo, cuando sufrimos por Cristo, lo hemos que considerar como un inmerecido privilegio--- sea el que fuere el sufrimiento, incluso cuando en un principio no somos conscientes de sufrir por él. Los niños que Jesús cogió en sus brazos no podían tampoco comprender enseguida la admirable condescendencia de la que eran objeto. No obstante, esta bendición del Señor ¿no era un verdadero  privilegio? Del mismo modo, esta masacre de los niños de Belén es para ellos un sacramento. Era la prenda del amor del Hijo de Dios para ellos que sufrieron por él. Todos los que se acercaron a Jesús han sufrido, más o menos, por el mismo hecho del contacto, como si emanara de él una fuerza secreta que purifica y santifica las almas por medio de las penas de este mundo. Este fue el caso de los Santos Inocentes.


Verdaderamente, la presencia misma de Jesús es un sacramento. Todos sus actos, todos sus miradas, todas sus palabras comunican la gracia a los que aceptan este don--- ¡cuánto más a los que quieren ser sus discípulos! Desde los orígenes de la Iglesia, pues, esta clase de martirio fue considerado como una especie de bautismo, un auténtico bautismo de sangre que tiene la misma eficacia sacramental que el agua que regenera. Estamos, pues, invitados a considerar estos niños como mártires y a aprovecharnos del testimonio de su inocencia.


(Beato John Henry Newman 1801-1890, teólogo, fundador del Oratorio en Inglaterra)

LA FAMILIA PEQUEÑA IGLESIA DOMÉSTICA



San Juan Pablo II : Este año, mi mensaje navideño se dirige sobre todo a las familias. Al final del año que de modo especial está dedicado a las familias, nuestro pensamiento se dirige a la Sagrada Familia... Jesús pidió al Padre para que todos fueran uno. Esta oración la pronunció la vigilia de su Pasión, pero la lleva en el corazón desde su nacimiento. "Padre, que sean uno como tú y yo somos uno" (Jn 17,11) ¿No oraba en este momento también por la unidad de todas las familias humanas?


Es verdad, ante todo pidió por la unidad de la Iglesia, pero la familia sostenida por un sacramento específico es una célula vital de la Iglesia, es a la vez, según la doctrina de los Padres, una pequeña Iglesia doméstica. Jesús, pues, ha orado desde el comienzo de su venida al mundo para que todos aquellos que creen en él experimenten su comunión con él a partir de la unidad profunda de sus familias; una unidad que forma parte "desde el principio" (cf Mt 19,4) del designio de Dios sobre el amor conyugal que está en el origen de la familia... El que se entregó a si mismo desinteresadamente, viniendo a este mundo, ha rogado para que todos los seres humanos, al fundar una familia, se entreguen mutuamente uno al otro desinteresadamente; maridos y mujeres, padres e hijos y todas las generaciones que componen la familia, cada uno aportando su propio don particular.


Familia, Sagrada Familia.., Familia estrechamente unida al misterio que contemplamos el día del nacimiento del Señor ¡guía con tu ejemplo las familias de todo el mundo! ... Hijo de Dios, presente entre nosotros en el seno de una familia, concede a todas las familias poder crecer en el amor y de contribuir al bien de toda la humanidad.... Enséñales a renunciar al egoísmo, a la mentira, a la búsqueda desenfrenada del provecho personal. Ayuda-las a desarrollar, bajo tu inspiración, las energías inmensas del corazón y de la inteligencia,

(San Juan Pablo II 1920-2005, Papa
Mensaje de Navidad, 25 de diciembre 1994 ‎)

A Ti, que de modo admirable has creado al hombre, y de modo más admirable todavía restableciste su dignidad



¡Jesucristo ha nacido, démosle gloria! ¡Cristo ha bajado del cielo, corramos hacia él! ¡Cristo está sobre la tierra, exaltémosle! «¡Aclama al Señor, tierra entera. Gritad, vitoread, tocad! » (Sl 97) Viene desde el cielo para morar entre los hombres; alegraos de temor y de gozo. De temor a  causa del pecado, de gozo a causa de nuestra esperanza. Hoy se disipan las sombras y la luz amanece para el mundo; igual como en otro tiempo Egipto fue castigado con las tinieblas, hoy una columna de fuego ilumina Israel. ¡Oh pueblo, sentado sobre las tinieblas de la ignorancia, contempla hoy esta inmensa luz del verdadero conocimiento porque «lo viejo ha pasado, ha llegado lo nuevo» (2Co 5,17). La letra retrocede, el espíritu triunfa (Rm 7,6), la prefiguración deja paso a la verdad que aparece!(Col 2,17).


El que nos ha dado la existencia quiere también colmarnos de felicidad; esa felicidad que el pecado nos había arrebatado, la encarnación del Hijo nos la devuelve... Esta es la solemnidad: hoy saludamos la venida de Dios entre los hombres para que podamos, no llegar ya a Dios, sino volver a estar junto a Dios; para que nos despojemos del hombre viejo y nos revistamos del Hombre nuevo (Col 3,9); para que, muertos en Adán, vivamos en Cristo (1Co 15,22)... Celebremos, pues, este día, llenos de un gozo, no mundano, sino divino, llenos del verdadero gozo celestial. ¡Qué fiesta tan grande este misterio de Cristo! Ella es mi fin, mi nuevo nacimiento.

(San Gregorio Nacianceno 330-390, obispo y doctor de la Iglesia ‎)

QUE VIENE CRISTO REPITEN

QUE VIENE CRISTO REPITEN

Que viene Cristo repiten
con su clamor los profetas,
previniendo que la gracia
de la redención se acerca.

Se anuncia nuestro mañana,
los corazones se alegran,
anunciadores de gloria
miles de voces resuenan.

Fue el primer advenimiento
no de castigo ni de pena,
sino por curar heridas
salvando a quién pereciera.

Mas que ha de venir de nuevo
su venida nos alerta,
a coronar a los justos
y a darles la recompensa.

Luz perenne se nos brinda,
la salvación centellea,
y un resplandor nos convoca
a las mansiones etéreas.

Oh Cristo, anhelamos verte
cual Dios en visión perpetua,
porque este gozo será
bienaventuranza eterna. Amén.

(Himno Laudes, tiempo‎ de Adviento de la IV Semana)

DICHOSA TÚ QUE HAS CREÍDO

DICHOSA TÚ QUE HAS CREÍDO

María es dichosa, tal como su prima Isabel se lo ha dicho, no sólo porque Dios la ha mirado, sino porque ha creído. Su fe es el mejor fruto de la bondad divina. Pero ha sido necesario que el arte inefable del Espíritu Santo viniera sobre ella para que una tal grandeza de alma se uniera, en el secreto de su corazón virginal, a una tal humildad. La humildad y la grandeza de alma de María, así como su virginidad y su fecundidad, son semejantes a dos estrellas que se iluminan mutuamente, porque en María la profundidad de su humildad no perjudica en nada a la generosidad de su alma, y recíprocamente. Puesto que  María se juzgaba a sí misma de manera tan humilde, no fue menos generosa en su fe en la promesa que el ángel le había hecho. Ella, que se miraba a sí misma como una pobre y pequeña esclava, no dudó en absoluto ser llamada a este misterio incomprensible, a esta unión prodigiosa, a este secreto insondable. Creyó inmediatamente que iba a ser verdaderamente la madre de Dios-hecho-hombre.


Es la gracia de Dios la que produce esta maravilla en el corazón de los elegidos; la humildad no los hace ser temerosos ni timoratos, como tampoco la generosidad de su alma los vuelve orgullosos. Al contrario, en los santos, estas dos virtudes de refuerzan la una a la otra. La grandeza de alma no sólo no abre la puerta a ninguna clase de orgullo, sino que es sobre todo ella la que les hace penetrar siempre más adentro en los misterios de la humildad. En efecto, los más generosos en el servicio de Dios son también los más penetrados del temor del Señor y los más agradecidos por los dones recibidos. Recíprocamente, cuando la humildad está en juego, no se desliza en el alma ninguna ruindad. Cuanto menos una persona tiene la costumbre de presumir de sus propias fuerzas, incluso en las cosas más pequeñas, tanto más se confía en el poder de Dios, incluso en las más grandes.


(San Bernardo 1091-1153, monje cisterciense y doctor de la Iglesia ‎)

EL NIÑO HA SALTADO DE GOZO DENTRO DE MI


¡Qué misterio nuevo y admirable! Juan no ha nacido todavía y ya habla por sus estremecimientos; no es visto todavía y ya advierte; no puede todavía gritar y ya se hace entender a través de sus actos; aún no ha comenzado su vida y ya predica a Dios; aún no ha visto la luz y ya señala al sol; todavía no ha nacido y ya se apresura a hacer de precursor. El Señor está allí: no puede aguantar, no soporta tener que esperar los límites fijados por la naturaleza, y se esfuerza para romper los límites del seno materno y busca por otros medios dar a conocer la venida del Salvador. «Ha llegado, dice, el que rompe las ataduras. Y yo que sigo encadenado, ¿he de seguir permaneciendo aquí? El Verbo viene para restablecer y yo, ¿he de seguir cautivo? Saldré, correré delante de él y a todos proclamaré: Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.» (Jn 1,29)

Dinos, Juan, retenido todavía en la oscuridad del seno de tu madre ¿cómo ves y cómo oies? ¿Cómo contemplas las cosas divinas? ¿Cómo puedes estremecerte y exultar? «Es grande, dice, el misterio que se está realizando, es un acto que escapa a la comprensión del hombre. Con derecho, y a causa del que ha de innovar el orden sobrenatural, yo innuevo el orden natural. Veo, incluso antes de nacer, porque veo en gestación al Sol de justicia (Ml 3,20). Percibo por el oído, porque al venir al mundo soy la voz que precede al gran Verbo. Grito, porque contemplo, revestido de su carne, al Hijo único del Padre. Exulto, porque veo al Creador del universo recibir forma humana. Salto, porque pienso que el Redentor del mundo ha tomado un cuerpo. Soy el precursor de su venida y me adelanto a vuestro testimonio.

( San Juan Crisóstomo 345-407, presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia ‎)

Papa Francisco anunció que canonizará a la Madre Teresa de Calcuta en 2016

Vaticano.- El Papa Francisco anunció este jueves que canonizará a la Madre Teresa de Calcuta en 2016, tras el anuncio de que la Iglesia Católica aprobó por unanimidad la "curación extraordinaria" de un hombre brasileño en 2008 que se encontraba en fase terminal por graves problemas cerebrales.

El supuesto milagro se obró en diciembre de aquel año, cuando el enfermo, ya en coma, iba a ser operado, si bien por problemas técnicos la intervención quirúrgica tuvo que ser pospuesta durante media hora. Al regresar al quirófano, el doctor se encontró al paciente sentado, asintomático, despierto, perfectamente consciente y preguntándose qué hacía ahí.

El médico explicó durante la fase de estudio de este supuesto milagro que no ha visto "nunca un caso como este" y que todos los pacientes similares que había tratado en sus diecisiete años de profesión habían fallecido.

Los análisis sucesivos sobre el paciente han revelado la curación de la patología cerebral en un lapso de tiempo breve y sin secuelas, por lo que el hombre ya ha podido retomar su vida y su trabajo.

Las pruebas testimoniales durante el proceso de estudio de este suceso refirieron que las personas próximas al paciente rezaron mucho a la Madre Teresa, beata de la que la esposa del paciente es especialmente devota.

El Padre Elmiram Ferreira, explicó a medios brasileños que acompañaba a la familia en esa época: "ví el dolor y el sufrimiento de todos ellos porque él estaba iniciando una vida nueva (estaba recién casado) y la dolencia retardaba muchos sueños. Yo le tenía mucha fe a la gran Madre Teresa y siempre rezo la Santa Misa en la Casa de las hermanas Misioneras de la Caridad en Santos. La manera como ella enfrentaba el dolor, el sufrimiento del mismo Cristo me inspiraba a entender también el sufrimiento de aquella familia", relató.

El sacerdote les dio una oración para pedir la intercesión de la Beata para que todos la rezaran intensamente. "La Madre Teresa se convirtió en el consuelo y aliento en aquella larga jornada. Así, cuando se verificó la completa recuperación de la salud que los médicos no podían explicar, entendí que allí estaba la mano de la Bienaventurada", afirmó.

El presbítero le contó lo ocurrido a la superiora de las Misioneras de la Caridad en la diócesis de la ciudad de Santos.

"El médico que cuidó al hombre en Santos fue el mismo que cuidó del Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud en 2013, y él le contó el caso al Pontífice. Su Santidad expresó el deseo de estudiar mejor el caso y por ello los encargados de Roma vinieron a Santos", contó Ferreira. (Redacción El Intransigente)

http://goo.gl/AYxN0Q

GENEALOGÍA DE JESUCRISTO


No hay más que un solo Dios que por su Palabra, la Sabiduría, ha creado todas las cosas... Por su grandeza es desconocido por todos los seres que él ha creado, ya que nunca nadie ha podido escrutar su origen. No obstante, gracias a su amor es conocido en todos los tiempos a causa de aquel por quien fueron hechas todas las cosas (cf Rm 1,20), su Palabra, Nuestro Señor Jesucristo que al final de los tiempos se ha hecho hombre entre los hombres para unir el principio y el final, el hombre con Dios.


Por esto, los profetas, después de haber recibido de esta misma Palabra el carisma profético, han anunciado su  venida según la carne por la que se realiza la comunión entre Dios y el hombre según el beneplácito del Padre. Desde el principio, en efecto, el Verbo ha anunciado que Dios sería visto por los hombres que viviría y conversaría con ellos en la tierra. (Ba 3,38) y que se haría presente en la obra que él había modelado, para salvarla... Los profetas anunciaron, pues, por adelantado que Dios sería visto de los hombre, conforme a  lo que dice  también el Señor: "Dichosos los puros de corazón porque verán a Dios." (Mt 5,8) Ciertamente, según su grandeza y según su inenarrable gloria "ningún hombre  puede ver a Dios sin morir." (Ex 33,20) porque el Padre es inalcanzable. Pero según su amor, su bondad hacia los hombres y según su poder, concede a los que le aman el privilegio de ver a Dios porque "lo que es imposible a los hombres es posible a Dios." (Lc 18,27)

(San Ireneo de Lyon 130-c. 208 obispo, teólogo y mártir)

JUAN BAUTISTA VIVIÓ JUSTAMENTE Y NO HAN CREÍDO EN SU PALABRA


        Juan  Bautista enseña con palabras y obras. Verdadero maestro, que muestra con su ejemplo, lo que afirma con su lengua. La sabiduría hace al maestro, pero es la conducta lo que da la autoridad... Enseñar con obras es la única regla de aquellos que quieren instruir. Enseñar con palabras es la sabiduría; pero cuando se pasa a las obras, es virtud. El verdadero conocimiento está unido a la virtud: es esta, solo esta la que es divina y no humana...


        "En aquellos días, se manifiesta Juan Bautista, proclamando en el desierto de Judea:»Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos"(Mateo 3:1-2). "Convertíos" ¿Por qué no dice: " Alegraos"? "Alegraos, más bien, porque las realidades humanas dan paso a las divinas, las terrestres a las celestes, las temporales a las eternas, el mal al bien, la incertidumbre a la seguridad, la tristeza a la felicidad, las realidades perecederas a aquellas que permanecen para siempre. El reino de los cielos está cerca. Convertíos". Que tu conducta de conversión sea evidente. Tú que has preferido lo humano a lo divino, que has querido ser esclavo del mundo, en vez de vencer al mundo con el Señor del mundo, conviértete. Tú que has huido de la libertad que las virtudes te hubieran procurado, ya que has querido someterte al yugo del pecado, conviértete, conviértete de verdad, tú que por miedo a la Vida, estás condenado a muerte .


( San Pedro Crisólogo 406-450, obispo de Ravenna, doctor de la Iglesia )

RECONOCER LA VOZ, RECONOCER LA PALABRA



 Como es difícil discernir entre la Palabra y la voz, los hombres creyeron que Juan era Cristo. Tomaron a la voz por la Palabra. Pero Juan se reconoció como la voz para no usurparle los derechos a la Palabra. Dijo: "No soy el Mesías, ni Elías, ni el Profeta." Le preguntaron: "¿Qué dices de ti mismo? Y él respondió: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Prepara el camino del Señor" (cf Jn 1,23).

    Soy la voz del que rompe el silencio. "Preparad el camino del Señor, como si dijera: "Soy la voz cuyo sonido no hace sino introducir la Palabra en el corazón; pero, si no le preparáis el camino, la Palabra no vendrá adonde yo quiero que ella entre." ¿Qué significa esto sino que seáis humildes en vuestros pensamientos?

    Imitad el ejemplo de humildad del Bautista. Lo toman por Cristo, pero él dice que no es lo que ellos piensan ni se adjudica el honor que erróneamente le atribuyen. Si hubiera dicho: "Soy Cristo", con cuánta facilidad lo hubieran creído, ya que lo pensaban de él sin haberlo dicho. No lo dijo: reconoció lo que era, hizo ver la diferencia entre Cristo y él, y se humilló. Vio dónde estaba la salvación, comprendió que él era sólo una antorcha y temió ser apagado por el viento de la soberbia.


(San Agustín 354-430, obispo de Hipona África del Norte, doctor de la Iglesia )

JESÚS BAUTIZA CON FUEGO



El bautismo con que Jesús bautiza es por "el Espíritu y el fuego". Si eres santo, serás bautizado con Espíritu Santo; si eres pecador, serás echado al fuego. El mismo bautismo se hará condena de fuego para los pecadores indignos. Pero los santos, aquellos que se convierten al Señor con una fe perfecta, recibirán la gracia del Espíritu Santo y la salvación.

Así, pues, aquel que bautiza con Espíritu Santo y fuego "tiene en su mano el bieldo para aventar su parva y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará en un fuego que no se apaga" (Lc 3,16-17). Quisiera revelar porqué el Señor tiene en su mano el bieldo de aventar y de qué soplo se trata al aventar la parva, mientras que el trigo, de más peso, se acumula en un solo lugar, porque, si no sopla el viento no se puede separar la parva del trigo.

Creo que el viento son las tentaciones, que en el conjunto de los fieles revela lo que es parva y lo que es trigo. Porque, cuando vuestra alma ha sido dominada por la tentación, no es que la tentación haya cambiado vuestra alma de trigo en parva, sino porque ya erais parva, es decir, personas livianas y sin fe. La tentación no ha hecho más que desvelar vuestra naturaleza escondida. En cambio, si afrontáis la tentación con ánimo fuerte, no es ella la que os hace constantes y fieles. La tentación únicamente revela las virtudes de la constancia y del esfuerzo que estaban en vosotros, pero de forma escondida... "Te ha humillado y te ha hecho sentir hambre... para que reconozcas en tu corazón que el Señor tu Dios te corrige como un padre corrige a su hijo" (cf Dt 9,3-5).


(Orígenes185-253, presbítero y teólogo)

NOS DICE NTRA. SRA. DE GUADALUPE



"ESCUCHA, PÓNLO EN TU CORAZÓN, HIJO MÍO EL MENOR, QUE NO ES NADA LO QUE TE ESPANTÓ, LO QUE TE AFLIGIÓ, QUE NO SE PERTURBE TU ROSTRO, TU CORAZÓN; NO TEMAS ESTA ENFERMEDAD NI NINGUNA OTRA ENFERMEDAD, NI COSA PUNZANTE, AFLICTIVA. 

¿NO ESTOY AQUI, YO, QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTÁS BAJO MI SOMBRA Y RESGUARDO? ¿NO SOY, YO LA FUENTE DE TU ALEGRÍA? ¿NO ESTÁS EN EL HUECO DE MI MANTO, EN EL CRUCE DE MIS BRAZOS? ¿TIENES NECESIDAD DE ALGUNA OTRA COSA?.
QUE NINGUNA OTRA COSA TE AFLIJA, TE PERTURBE; QUE NOTE APRIETE CON PENA LA ENFERMEDAD DE TU TÍO, PORQUE DE ELLA NO MORIRÁ POR AHORA. TEN POR CIERTO QUE YA ESTÁ BUENO"

!FELIZ EL HOMBRE!



Que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos,
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche!

El es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien.

No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.
Porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal. 

(Salmo 1,1-2.3.4.6.)

QUE YA NADA TE PRIVE DE UNIRTE A CRISTO

‎QUE YA NADA TE PRIVE DE UNIRTE A CRISTO

Que ya nada te prive jamás de unirte a Cristo... Ora sin retardar, suplica con todo tu corazón, pide ardientemente, hasta que recibas. No te desanimes. Todas estas cosas se te concederán si, de buenas a primeras, con toda tu fe te haces violencia y confías a Dios tu preocupación y dejas lugar a la providencia divina para que obre allí donde tu habías previsto otra cosa. Cuando él verá tu voluntad, cuando verá que con toda pureza de corazón has confiado en él más que en ti mismo, y que te has violentado para esperar en él más que en tu propia alma, entonces este poder que tu desconoces vendrá a morar en ti. Y sentirás en todos tus sentidos el poder de aquél que, sin duda alguna, está en ti. Gracias a este poder son muchos los que entran en el fuego y no temen, caminan sobre el agua y no dudan.


(Isaac el Sirio siglo VII, monje cercano a Mossoul)

QUÉ ES EL AÑO SANTO DE LA MISERICORDIA?

El 08 de diciembre se inicia el Año Santo de la Misericordia, un Año Jubilar Extraordinario convocado por el Papa Francisco.


¿Qué es un Año Santo?
La tradición católica de celebrar un Año Santo (Año Jubilar) comenzó con el Papa Bonifacio VIII en 1300, y desde 1475 cada 25 años se celebra un Jubileo ordinario para permitir que cada generación experimente este momento al menos una vez en la vida.

El Año Santo es tradicionalmente un año de perdón y penitencia por los pecados de cada uno. También es un año de reconciliación entre enemigos y conversión para recibir el Sacramento de la Reconciliación.

Hasta ahora solo se han realizado 26 celebraciones jubilares ordinarias, la última de las cuales fue el Jubileo del año 2000 convocado por San Juan Pablo II.

¿Qué es un Año Jubilar Extraordinario?
Un Jubileo Extraordinario puede ser convocado en una ocasión especial o por un evento que tiene una importancia especial, como es el caso del Año Santo de la Misericordia.

El primer Jubileo extraordinario se convocó en el siglo 16 y los más recientes fueron en 1933, cuando el Papa Pío XI quiso celebrar los 1.900 años de la Redención, y en 1983 cuando San Juan Pablo II proclamó uno para honrar los 1.950 años de la redención tras la muerte y resurrección de Cristo.

¿Qué es una Puerta Santa?
Si seguiste al Papa en su reciente viaje a África, es probable que hayas visto la temprana apertura de la Puerta Santa en Bangui, República Centroafricana.

Aunque el Año Santo oficialmente comienza el 8 de diciembre, esa fue la primera vez en la historia que un Papa abrió una Puerta Santa fuera de Roma.

Cada una de las cuatro basílicas papales de Roma tiene una puerta santa, que normalmente se sella desde el interior para que no se pueda abrir. Las puertas santas sólo se abren durante el año del Jubileo para que los peregrinos puedan entrar a través de ellas y ganar la indulgencia plenaria vinculada al Jubileo.

El rito de la apertura de la Puerta Santa pretende ilustrar simbólicamente que a los fieles de la Iglesia se les ofrece un "camino extraordinario" hacia la salvación durante el tiempo del Jubileo. Simboliza el dejar atrás el mundo y entrar en la presencia de Dios, de manera similar a la forma en que los sumos sacerdotes del Antiguo Testamento atravesaban la entrada del santuario interior del Tabernáculo en Yom Kipur -la conmemoración judía del Día de la Expiación, perdón y del arrepentimiento de corazón- para entrar en la presencia de Dios y ofrecer sacrificios.

Después de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, se abren las puertas de las otras tres basílicas romanas: San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor. Durante el Año Santo de la Misericordia, el Papa Francisco también ha dado a los obispos diocesanos permiso para designar Puertas Santas específicas en sus diócesis.

¿Qué es una indulgencia plenaria?
Un Año Santo trae consigo la posibilidad de que los fieles puedan ganar la indulgencia plenaria. De acuerdo con el párrafo 1471 del Catecismo, una indulgencia es:

"...la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos".

En el caso de una indulgencia plenaria, es una completa remisión de los pecados.

¿Cómo obtener una indulgencia durante un Año Santo?
De acuerdo a la Penitenciaría Apostólica, para ganar indulgencias plenarias (o parciales), es necesario que los fieles estén en estado de gracia y además:

- Tengan la disposición interior de un desapego total del pecado, incluso venial;

- Confiesen sacramentalmente sus pecados;

- Reciban la Sagrada Eucaristía (preferiblemente, pero no necesariamente en el contexto de la Misa)

- Oren por las intenciones del Papa
Lo ideal sería ir a confesarse, recibir la comunión y realizar la indulgencia en el mismo día, pero es suficiente que estos sacramentos y oraciones se lleven a cabo dentro de varios días (alrededor de 20) antes o después del acto de indulgencia.

Las oraciones por las intenciones del Papa se dejan a discreción de los fieles, pero un "Padre Nuestro" y un "Ave María" son las oraciones habituales. Una confesión sacramental es suficiente para varias indulgencias plenarias, pero una comunión y una oración por separado por las intenciones del Santo Padre se requieren para cada indulgencia plenaria.

Se pueden hacer excepciones con los enfermos y las personas confinadas en casa.

Las indulgencias siempre se pueden aplicar ya sea a uno mismo o por las almas de los difuntos, pero no pueden ser aplicados a otras personas vivas.

¿Con qué frecuencia puedo obtener la indulgencia plenaria?

Una vez al día.

¿Dónde puedo obtener una indulgencia durante el Año Santo de la Misericordia?

Durante un Año Santo, el Papa designa lugares específicos de peregrinación para obtener indulgencias, además de las cuatro Puertas Santas de Roma. Para el Año Santo de la Misericordia, las puertas santas en las catedrales de cada diócesis, así como en otras iglesias designadas por los obispos diocesanos son lugares de peregrinación para los fieles laicos como parte de la obtención de la indulgencia plenaria. Como Francisco escribió en su carta sobre la indulgencia del Año Santo:

"Dispongo que se pueda ganar la indulgencia en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares. Es importante que este momento esté unido, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la santa Eucaristía con un reflexión sobre la misericordia. Será necesario acompañar estas celebraciones con la profesión de fe y con la oración por mí y por las intenciones que llevo en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo".

LA ESPERANZA CRISTIANA NOS SOSTIENE PARA COMPROMETERNOS



Si uno echa una mirada superficial sobre nuestro mundo, se queda impactado por muchos hechos negativos que le pueden llevar al pesimismo. Pero no deja de ser un sentimiento injustificado. Tenemos fe en Dios, Padre y Señor, en su bondad y su misericordia. Estando ya cerca del Tercer Milenio de la redención, Dios está a punto de preparar para el cristianismo una gran primavera que ya apunta. En efecto, ya sea en el mundo no cristiano como en las cristiandades antiguas, los pueblos tienen tendencia de acercarse progresivamente a los ideales y los valores evangélicos. Esta tendencia se ve favorecida por el esfuerzo de la Iglesia. Hoy se percibe entre los pueblos una nueva convergencia hacia estos valores: el rechazo de la violencia o la guerra, el respeto de la persona humana y de sus derechos, la sed de libertad, de justicia y de fraternidad, la tendencia a superar los racismos y los nacionalismos exacerbados, la afirmación de la dignidad de la mujer y su estima.

La esperanza cristiana nos sostiene para comprometernos a fondo en la nueva evangelización y en la misión universal. Nos empuja a orar como Jesús nos lo ha enseñado: "Que venga a nosotros tu reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo" (Mt 6,10).

Aún son incalculables las personas que esperan la venida de Cristo. Los espacios humanos y culturales donde todavía no ha llegado el anuncio del evangelio o donde la Iglesia está poco presente son inmensos, hasta el punto de exigir la unión de todas las fuerza de la Iglesia. Preparando la celebración del jubileo del año 2000, toda la Iglesia está comprometida en un nuevo Adviento misionero. Debemos alimentar en nosotros la pasión apostólica para transmitir a los demás la luz y la alegría de la fe, y debemos formar al pueblo de Dios en estas actitudes.


(San Juan Pablo II 1920-2005, papa
Redemptoris missio)

TEN PIEDAD DE NUESTRO ESFUERZO POR LLEGAR A TI


¿Hasta cuándo nos olvidarás y nos esconderás tu rostro? (Sal 12,2) ¿cuándo nos mirarás y nos escucharás? ¿Cuándo iluminarás nuestros ojos y nos mostrarás tu faz? ¿cuándo volverás a nosotros? Míranos, Señor, muéstrate a nosotros. Danos el don de tu presencia, a nosotros que, sin ti, no podemos nada y estamos perdidos. Ten piedad de nuestros esfuerzos por llegar a ti, ya que sin ti no podemos nada. Tú nos invitas, ayúdanos pues...

Te pido, Señor, no me dejes gemir sin esperanza. Hazme respirar confiadamente... Que por lo menos me concedas vislumbrar la luz, aunque de lejos, aunque desde el abismo. Enséñame a buscarte y muéstrate cuando te busco, porque no puedo buscarte si tu no me guías, ni encontrarte si tú no te muestras. Te buscaré por el deseo y te desearé por la búsqueda. Te encontraré amándote y te amaré cuando te haya encontrado.

(San Anselmo 1033-1109, benedictino, arzobispo de Canterbury, doctor de la Iglesia)

NO TODO EL QUE DICE: SEÑOR, SEÑOR, ENTRARÁ EN EL REINO DE LOS CIELOS


El "fiat voluntas tua"  en toda su extensión tiene que ser el hilo conductor de toda vida cristiana. Debe regular el curso del día, de la mañana a la noche, el pasar de los años, y, en suma, la vida total. Esa habrá de ser además la única preocupación del cristiano. Todas las demás preocupaciones las toma el Señor sobre sí. Esa, sin embargo, nos queda mientras estemos todavía "in statu viae". Objetivamente hablando nunca tendremos la seguridad total de permanecer hasta el fin en los caminos de Dios. Así como los primeros hombres pasaron de la filiación divina a apartarse de Dios, de la misma manera cada uno de nosotros se encuentra en el filo de la navaja entre lanada y la plenitud de la vida divina; y tarde o temprano lo percibimos también subjetivamente.

En la infancia de la vida espiritual, cuando comenzamos a abandonarnos a la mano conductora de Dios, lo percibimos con fuerza e intensidad; con toda claridad vemos qué es lo que tenemos que hacer u omitir. Sin embargo esta situación no permanece siempre así. Quien pertenece a Cristo debe vivir la vida de Cristo en su totalidad, ha de alcanzar la madurez del Salvador y andar por el camino de la cruz, hasta el Getsemaní y el Gólgota. Y todos los sufrimientos que pueden venir de fuera son nada en comparación con la noche del alma, cuando la luz divina ha desaparecido y la voz del Señor no se escucha más....Es así que los que están realmente unidos a Cristo permanecen inquebrantables, aun cuando en la oscuridad de la noche experimentan personalmente la lejanía y el abandono de Dios...Por eso, "hágase tu voluntad", también y precisamente en la noche más oscura.

( Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, 1891-1942, carmelita descalza, mártir, copatrona de Europa )

PARA VIVIR EN JESUCRISTO PARA SIEMPRE


Si  la Eucaristía es el memorial de la Pascua del Señor y si por nuestra comunión en el altar somos colmados «de gracia y bendición» (MR, Cano Romano 96), la Eucaristía es también la anticipación de la gloria celestial. En la última Cena, el Señor mismo atrajo la atención de sus discípulos hacia el cumplimiento de la Pascua en el reino de Dios: «Y os digo que desde ahora no beberé de este fruto de la vid hasta el día en que lo beba con vosotros, de nuevo, en el Reino de mi Padre» (Mt 26,29; cf Lc 22,18; Mc 14,25). Cada vez que la Iglesia celebra la Eucaristía recuerda esta promesa y su mirada se dirige hacia «el que viene» (Ap 1,4). En su oración, implora su venida: «Marana tha» (1Co 16,22). «Ven, Señor Jesús» (Ap 22,20), «que tu gracia venga y que este mundo pase» (Didaché 10,6).

La Iglesia sabe que, ya ahora, el Señor viene en su Eucaristía y que está ahí en medio de nosotros. Sin embargo, esta presencia está velada. Por eso celebramos la Eucaristía «mientras esperamos la gloriosa venida de Nuestro Salvador Jesucristo» (Tt 2,13), pidiendo entrar «en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria; allí enjugarás las lágrimas de nuestros ojos, porque, al contemplarte como tú eres, Dios nuestro, seremos para siempre semejantes a ti y cantaremos eternamente tus alabanzas, por Cristo, Señor Nuestro» (plegaria eucarística 3).

De esta gran esperanza, la de los cielos nuevos y la tierra nueva en los que habitará la justicia (cf 2P 3,13), no tenemos prenda más segura, signo más manifiesto que la Eucaristía. En efecto, cada vez que se celebra este misterio, «se realiza la obra de nuestra redención» (LG 3) y, «partimos un mismo pan que es remedio de inmortalidad, antídoto para no morir, sino para vivir en Jesucristo para siempre» (S. Ignacio de Antioquia).

(Catecismo de la Iglesia Católica
§ 1402-1405)

SU VOZ ERA LA VOZ DE AGUAS CAUDALOSAS


   Desde el comienzo, Dios ha formado al hombre en vista de sus dones. Ha escogido a los patriarcas en vista de su salvación. Se preparó un pueblo, instruyendo a los ignorantes para que siguieran las huellas de Dios. Más tarde, instruyó a los profetas para habituar al hombre a convivir con su Espíritu ya en este mundo y a entrar en comunión con Dios. El mismo Dios no tenía necesidad de nadie, pero a los que necesitaban de él les ofrecía su comunión. Para aquellos, en quienes se complacía, (cf Lc 2,14) ha destinado desde un principio, igual que un arquitecto, el edificio de la salvación. El mismo fue su guía en las tinieblas de Egipto; en el desierto donde erraban, les daba una Ley apropiada; y a los que entraron en la tierra prometida les ofreció una herencia escogida. En fin, para todos aquellos que se levantan y vuelven junto al Padre, él mata la ternera cebada y los reviste de una túnica de fiesta. (cf Lc 15,22ss)

    Así, de muchas maneras, Dios disponía al género humano en vista de la "música y danza de la salvación" (cf Lc 15,25) Por esto, Juan escribe en el Apocalipsis: "Su voz era la voz de aguas caudalosas" (Ap 1,15) Ya que realmente, las aguas del Espíritu de Dios son múltiples, porque el Padre es grande y posee todas la riquezas. Y, pasando a través de todo ello, el Verbo acordó generosamente su ayuda a los que se le someten, dando a toda criatura las prescripciones apropiadas.

(San Ireneo de Lyon 130-c. 208, obispo, teólogo y mártir)

OYE LA LLAMADA DE JESUCRISTO Y NO DUDES

¡Qué admirable pesca la del Salvador! Admira la fe y la obediencia de los discípulos. La pesca, como saben, requiere una constante atención. Ahora bien, cuando esos se encuentran justo en medio de su trabajo, oyen la llamada de Jesús y no dudan un solo momento; no dicen. «Déjanos regresar a casa para hablar con nuestros próximos». No, lo dejan todo inmediatamente y le siguen, tal como Eliseo hizo con Elías (1R 19,20). Es esta clase de obediencia la que nos pide Cristo, sin la más mínima duda, incluso en el caso que nos apremien necesidades aparentemente más urgentes. Por eso cuando un joven que le quería seguir le pidió si podía ir antes a enterrar a su padre, ni tan sólo esto se lo dejó hacer (Mt 8,21). Seguir a Jesús, obedecer su palabra, es un deber que está por encima de todos los demás.

¿Acaso me dirás que la promesa que les había hecho era muy grande? Por eso los admiro yo tanto: ¡cuando aún no habían visto ningún milagro, creyeron en una promesa tan grande y renunciaron a todo para seguirle! Es porque creyeron que, con las mismas palabras con las que habían sido cogidos durante la pesca, podrían ellos pescar a otros.

(San Juan Crisóstomo 345-407, presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia)

LA CORONA DE ADVIENTO

www.t.me/virgendebarinas
¿QUÉ ES EL ADVIENTO?
            La palabra adviento viene del latín,  adventus, y significa: venida, llegada, este término hace referencia a la venida de Jesucristo entre los hombres,  es el comienzo del año litúrgico de la Iglesia católica, y empieza el domingo,  próximo al 01 de Diciembre y culmina el 22 de Diciembre 2019, dura 4 semanas, el ornamento que utilizan los sacerdotes en este tiempo es el Morado, el adviento tiene sus origen en el siglo IV, el cual fue entre Francia y España,  quienes  utilizaban este tiempo para la preparación a la Navidad.


¿QUÉ ES LA CORONA DE ADVIENTO?
              La corona de adviento se  inicia  en las costumbres pre-cristianas de los germanos (Alemania), en el siglo XVI, que  durante el frío y la oscuridad de Diciembre, reunían coronas de ramas verdes como señal de esperanza en la venida de la primavera, sobre el  se insertan cuatro velas, tres velas color violetas y una rosa, las velas representan la palabra de Jesús: Juan 8,12: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.». Cada domingo se enciende una vela, recitando una oración, la corono se coloca al frente de una imagen  o al frente del pesebre.



Materiales para hacer la guirnalda: ramas de olivo, abeto  o follaje verde, lazos dorados, bolitas navideñas, frutas artificiales, 4 porta velas, 3 velas moradas y una rosada, estrellas. Ármalo a tu gusto. 

Colocar frente a la imagen de Ntra. Madre de la Divina Misericordia.    



“Velen, pues, y oren en todo tiempo” (Lc 21,36)

"¡Velad!" nos dice Jesús con insistencia. No sólo tenemos que creer sino también velar. No sólo tenemos que amar sino también velar. No sólo hay que obedecer sino también velar. ¿Velar, por qué? A causa del grande, del supremo acontecimiento: la venida de Cristo. Es evidente que aquí se encuentra una llamada especial, un deber que no se nos hubiera ocurrido nunca si Jesús mismo no nos lo hubiese encarecido tanto. Pero ¿qué es, pues, velar?...

Aquel vela esperando a Cristo que guarda su espíritu sensible, abierto, despierto, lleno de celo por buscar y honrar a Cristo. Desea encontrarse con él en todos los acontecimientos de la vida. No experimentaría ninguna sorpresa, ningún espanto ni agitación si llegara a saber que allí estaba Cristo.

Aquel vela con Cristo (Mt 26,38) que, mirando hacia el futuro, sabe que no debe olvidar el pasado, que no olvida lo que Cristo sufrió por él. Vela con Cristo aquel que, acordándose de él, se asocia a su cruz y a la agonía de Cristo, que lleva con gozo la túnica que Cristo llevó hasta la cruz y que ha abandonado después de su Ascensión. A menudo, en las epístolas, los escritores inspirados experimentan el deseo del segundo advenimiento, pero no olvidan nunca el primero, la crucifixión y la resurrección... Así, el apóstol Pablo invita a los corintios a "esperar la venida del Señor", pero no deja de avisarlos que hay que "llevar en nuestro cuerpo la muerte del Señor, para que la vida de Cristo Jesús se manifieste en nosotros" (cf 2Cor 4,10). El recuerdo de lo que Cristo es ahora para nosotros, no nos debe hacer olvidar lo que fue por nosotros...

Velar es, pues, vivir desapegado de lo presente, vivir en lo invisible, vivir con el pensamiento en Cristo tal como vino la primera vez y tal como vendrá en su segunda venida, desear esta segunda venida recordando con amor y gratitud la primera.

(Beato John Henry Newman 1801-1890, teólogo, fundador del Oratorio en Inglaterra )


SEÑOR, DAME A CONOCER MI FIN

«Señor, dame a conocer mi fin y cuál es la medida de mis años, para que comprenda lo caduco que soy» (Sl 38,5). Si me hicieras conocer mi fin, dice el salmista, si me hicieras conocer cuál es el número de mis días, por ahí mismo podré saber lo que me falta. Y es posible que a través de estas palabras quiera también indicar eso: todo oficio tiene una finalidad. Por ejemplo, la finalidad de una empresa constructora es construir una casa; la finalidad de un astillero es construir un buque capaz de enfrentarse con las olas del mar y soportar los azotes de los vientos; y la finalidad de cada oficio es llegar a una cosa parecida a la que el mismo oficio parece inventado. Quizás es así que nuestra vida y la del mundo entero tiene una cierta finalidad con la cual hacemos todo lo que se hace en nuestra vida, o por la cual el mismo mundo ha sido creado o subsiste. El apóstol Pablo se acuerda de esta finalidad cuando dice: «Seguidamente vendrá el fin, cuando entregue el Reino a Dios Padre» (1Co 15,24). Ciertamente que hay que apresurarse hacia este fin puesto que es el precio mismo de la obra por la cual somos creados por Dios.

De la misma manera que nuestro organismo corporal, pequeño y reducido al nacer, es, sin embargo estimulado y tiende al término de su grandeza creciendo en edad, y también así como nuestra alma se expresa primero a través de un lenguaje balbuciente y más claro después para, en fin, llegar a una perfecta y correcta manera de expresión, también es cierto que toda nuestra vida comienza en el presente de esta manera: primero como balbuciente entre los hombres sobre la tierra, pero se acaba y llega a su cumbre en los cielos cerca de Dios.

Por este motivo el profeta desea conocer la finalidad por la cual ha sido hecho para que, mirando el fin, examinando sus días y considerando su perfección, ve todo lo que le falta en relación con este fin hacia el cual tiende... Es como si los que salieron de Egipto hubieran dicho: «Hazme conocer, Señor, mi fin» que es una tierra buena y una tierra santa, «y el número de mis días» por los que ando «para que conozca lo caduco que soy»,y cuánto me falta hasta llegar a la tierra santa que me tienes prometida.

( Orígenes 185-253, presbítero y teólogo
homilía sobre el salmo 38 )

EL REMEDIO AL MUNDO CAÍDO EN PECADO

Si el don de Dios al mundo que es su Hijo enviado al mundo es tan excelente, fruto de la gran dignidad de Dios ¿por qué tardó tanto en conceder este beneficio? Sí, porque cuando el mal en el mundo todavía estaba en sus principios ¿por qué Dios no acabó de raíz con su desarrollo ulterior? A esta objeción se puede responder en breve diciendo que es la sabiduría, la providencia de Dios, el bien por naturaleza que ha diferido este don. En efecto, así como el médico espera que el mal que se está incubando en el cuerpo se manifieste al exterior para poder aplicar el remedio, así, una vez que la enfermedad del pecado se había apoderado de la humanidad, el Médico del universo esperaba que no quedara oculta o disimulada ninguna forma de perversidad. 

Esta es la razón por qué Dios no aplicó en seguida después de la envidia de Caín y del asesinato de Abel, el remedio al mundo caído en pecado... Fue cuando el vicio llegó a su culminación, cuando no quedó ya ninguna perversidad humana por realizarse que Dios puso el remedio a la enfermedad que ya no estaba en sus principios sino que se hallaba en pleno desarrollo. Así el remedio divino llegó a todas los males de la humanidad enferma. (...) 

Entonces ¿por qué la gracia del evangelio no se extendió enseguida sobre todos los hombres? Ciertamente, la llamada de Dios se dirige a todos por igual, sin distinción de condición, ni de edad ni de raza... Pero aquel que tiene en sus manos la libre disposición del universo ha llevado hasta el extremo el respeto por el hombre. Permite que cada uno de nosotros tengamos nuestro dominio propio, donde somos amos nosotros mismos: es la voluntad, la facultad que rechaza la esclavitud, que permanece libre, fundada sobre la autonomía de la razón. La fe está pues, a la libre disposición de los que reciben el anuncio del evangelio.

(San Gregorio de Nisa 335-395, Monje, Obispo)

“No tengo nada que dar a los pobres” Lun 23/11/2015

La misericordia no merece tan sólo ser alabada por la abundancia de favores, sino cuando procede de un pensar recto y misericordioso. Hay personas que dan y distribuyen mucho pero que no son consideras misericordiosas delante de Dios, y hay personas que no tienen nada, que no poseen nada, pero en su corazón se apiadan de todos. Estos, delante de Dios son considerados como perfectos misericordiosos y, en efecto, lo son. No digas, pues: "No tengo nada que dar a los pobres"; no te aflijas pensando que a causa de ello no puedes ser misericordioso. Si tienes algo, da eso que tienes; si no tienes nada, da, aunque sólo sea un pedazo de pan seco, con una intención verdaderamente misericordiosa y esto, delante de Dios, será considerado como misericordia perfecta.

Nuestro Señor, no ha loado a los que tiraban mucho en el cepillo; ha alabado a la viuda por haber echado dos pequeñas piezas que, con recta intención, había sacado de su indigencia para echarlas en el tesoro de Dios.   Es reputado misericordioso delante de Dios el hombre que tiene piedad de sus semejantes; una intención recta sin efectos visibles es mejor que muchas obras notorias sin recta intención.

(Youssef Bousnaya 869-979, monje sirio)

«Mi reino no es de este mundo» 22/11/2015

¡Escuchad todos, judíos y gentiles...; escuchad, todos los reinos de la tierra! No impido vuestro dominio sobre el mundo, «mi Reino no es de este mundo» (Jn 18,35). No temáis, pues, con este temor insensato que se ha apoderado de Herodes cuando le han anunciado mi nacimiento... No, dice el Salvador, «mi Reino no es de este mundo». Venid todos a un Reino que no es de este mundo; venid a él por la fe; que el temor no os vuelva crueles. Es cierto que, en una profecía, el Hijo de Dios hablando del Padre dice: «Yo mismo he establecido a mi rey en Sión, mi monte santo» (Sl 2,6). Pero este Sión y esta montaña no son de este mundo.

¿Qué es, en efecto, su Reino? Su Reino es los que creen en él, aquellos a quienes ha dicho:  «Vosotros no sois del mundo como yo tampoco soy del mundo» (cf Jn 17,16). Y, sin embargo, quiere que estén en el mundo y así ora a su Padre: «No ruego que los retires del mundo sino que los guardes del mal» (Jn 17,15). Porque no ha dicho «Mi Reino no está en este mundo» sino: «No es de este mundo; si fuera de este mundo mis servidores vendrían a luchar para que yo no sea entregado».

En efecto, su Reino está en la tierra hasta el fin del mundo; hasta que en la siega la cizaña sea mezclada con el buen grano (Mt 13,24s)... Su Reino no es de aquí  porque es como un viajero en este mundo. Sobre los que él reina, dice: «Vosotros no sois de este mundo, porque yo os he escogido sacándoos del mundo» (Jn 15,19). Eran, pues, de este mundo cuando todavía no estaban en su Reino y pertenecían al príncipe de este mundo (Jn 12,3)... Todos los que son engendrados de la raza de Adán pecador, son de este mundo; todos los que son regenerados en Jesucristo pertenecen a su Reino y ya no son de este mundo. «Dios nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al Reino de su Hijo querido» (Col 1,13).

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia

“¡Zaqueo, baja deprisa!” Mar.17/11/2015

    Podemos leer en el evangelio que Zaqueo quería ver a Nuestro Señor pero que era pequeño de estatura. ¿Qué hizo? Se subió a una higuera seca. Esto es lo que el hombre sigue haciendo. Desea ver a aquel que obra prodigios y causa tumulto en su interior, pero no tiene una talla adecuada para ello, es demasiado pequeño. ¿Qué hace entonces? Tiene que subirse a la higuera seca. La higuera muerta significa la muerte de los sentidos y de la naturaleza y la vida del hombre interior sobre el que Dios se inclina.

    ¿Qué dice Nuestro Señor a Zaqueo? "Baja deprisa." Debes descender, no debes retener ni una gota de consolación de todas las impresiones que tienes en la oración, sino descender a tu pura nada, a la pobreza, a tu impotencia... Si te quedas atado todavía a alguna cosa de la naturaleza, desde el momento que la verdad te ha iluminado, no posees todavía la luz, no es tu posesión: naturaleza y gracia trabajan todavía conjuntamente y todavía no has llegado al abandono perfecto... Todavía no es la pureza consumada. Por esto, Dios invita al hombre a bajar, es decir, lo llama a una renuncia completa, a un desapego de la naturaleza. "¡Porque hoy me tengo que alojar en tu casa!" ¡Que lleguemos a este hoy eterno.

(Juan Taulero 1300-1361, dominico en Estrasburgo)

ES VERDAD QUE LAS LUCES DEL ALBA

Es verdad que las luces del alba
del día de hoy
son más puras, radiantes y bellas,
por gracia de Dios.

Es verdad que yo siento en mi vida,
muy dentro de mí,
que la gracia de Dios es mi gracia,
que no merecí.

Es verdad que la gracia del Padre,
en Cristo Jesús,
es la gloria del hombre y del mundo
bañados en luz.

Es verdad que la Pascua de Cristo
es pascua por mí,
que su muerte y victoria me dieron
eterno vivir.

Viviré en alabanzas al Padre,
que al Hijo nos dio,
y que el santo Paráclito inflame
nuestra alma en amor. Amén.

PUBLICISTA Jesús Rangel  
0424-502.55.98
Redes sociales, 
Diseño de imagen corporativa, Retoque de fotografías,
en la Radio todos los Sáb. 2pm Magnífica 90.5 FM Cóndor 90.1 FM 
Programa #Qsehabla

Mié.11/11/2015 «Se tiró, rostro en tierra, a los pies de Jesús, dándole gracias»

Cristo está junto a mí:
me acerco a él y me abraza.

Yo no hubiera sabido amar al Señor
si él mismo no me hubiera amado primero.

¿Quién puede comprender el amor
si no es el que ama?

Estrecho al amado y mi alma le acoge
y allí donde él descansa, allí permanezco.

Ya no seré un extraño para él,
porque el Señor no conoce el odio.

Estoy unido a él como la amada
que ha encontrado a aquel que ama.

Porque amo al Hijo,
llegaré a ser hijo.

Sí, el que se adhiere a aquél que no muere jamás, 
tampoco él morirá.

El que encuentra su complacencia en el que es la Vida,
también él vivirá.

Así es el Espíritu del Señor sin mentira
que enseña a los hombres a conocer sus caminos.

(Odas de Salomón. texto cristiano hebraico de principio del siglo II)

«SOMOS UNOS SERVIDORES SIN IMPORTANCIA»

Que nadie se gloríe de lo que hace, puesto que es, en la más simple justicia, que debemos al Señor nuestro servicio... Mientras vivimos, debemos trabajar para  el Señor. Reconoce, pues, que eres un servidor dedicado a muchos servicios. No te pavonees de ser llamado «hijo de Dios» (1Jn 3,1): reconozcamos esta gracia, pero no olvidemos nunca nuestra naturaleza. No te envanezcas de haber servido bien, porque no has hecho más que lo que debías hacer. El sol cumple su función, la luna obedece, los ángeles hacen su servicio. San Pablo, «instrumento escogido por Dios para los paganos» (Hch 9,15), escribe: «No merezco ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios» (1Co 15,9). Y si en otra parte muestra que no tiene conciencia de falta alguna, añade seguidamente: «Pero no por eso quedo absuelto» (1 Co 4,4). Tampoco nosotros no pretendamos ser alabados por nosotros mismos, no adelantemos el juicio de Dios.

San Ambrosio (c. 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Sobre el Evangelio de San Lucas 8, 31-32

«DARLO TODO PORQUE CRISTO LO HA DADO TODO»

Francisco, pobre y padre de los pobres, quería vivir totalmente como un pobre; sufría si encontraba a alguien más pobre que él, y no por vanidad, sino a causa de la tierna compasión que le producían. No quería para él otro vestido que una túnica áspera y corriente, y a menudo ocurría que la compartía con algún menesteroso. Pero él era un pobre muy rico, porque movido por su gran caridad, a socorrer a los pobres como podía, en los tiempos de mayores fríos se iba a las casas de los ricos de este mundo y les pedía le prestaran una capa o un abrigo. Y esos se los llevaban más rápidamente aun que el tiempo que Francisco había usado para pedirlos. «Los acepto, decía entonces Francisco, con la condición de que no esperéis volverlos a ver». Al primer pobre que encontraba, Francisco, con el corazón festivo, le ofrecía lo que acababa de recibir.

    Nada le causaba más pena que ver insultar a un pobre o maldecir a cualquier criatura. Un día, un hermano dejó escapar palabras hirientes contra un pobre que pedía limosna: «¿Acaso no será, le había dicho, que tú, pareciendo pobre eres rico?» Estas palabras le sentaron muy mal a Francisco, el padre de los pobres, y dio una terrible reprimenda al delincuente, después, en presencia del pobre, le ordenó despojarse de sus vestidos, besarle a éste los pies y pedirle perdón. «El que habla mal a un pobre, decía, injuria a Cristo, de quien el pobre es un noble símbolo, puesto que Cristo, por nosotros, en este mundo se hizo pobre» (2Co 8,9).

(Tomás de Celano 1190-c. 1260)


«El que es de fiar en lo poco, también en lo importante es de fiar»

Debes saber de donde te viene la existencia, el aliento, la inteligencia y lo que en ti hay de más precio, el conocimiento de Dios, de donde viene la esperanza del Reino de los cielos y la de contemplar, un día, su gloria que hoy ves de manera oscura, como en un espejo, pero que verás mañana en toda su pureza y esplendor (1C 12,12). ¿De dónde viene que seas hijo de Dios, heredero con Cristo (Rm 8,16-17) y, me atrevo a decir, que tú mismo seas un dios? ¿De dónde te viene todo esto y por quién?

    O bien, para hablar de cosas menos importantes, las que se ven: ¿quién te ha dado la posibilidad de ver la belleza del cielo, el recorrido del sol, el ciclo de la luna, las innumerables estrellas y, en todo eso, la armonía y el orden que las conducen?...  ¿Quién te ha dado la lluvia, la agricultura, los alimentos, las artes, las leyes, la ciudad, una vida civilizada, unas relaciones familiares con tus semejantes?

    ¿No es Aquel que, antes que todas las cosas y a cambio de todos esos dones, te pide amar a los hombres?... Si él, nuestro Dios y nuestros Señor, no se avergüenza de ser llamado nuestro Padre, ¿nosotros vamos a renegar de nuestros hermanos? No, hermanos y amigos míos, no seamos gerentes deshonrados de los bienes que se nos confían.

(San Gregorio Nacianceno 330-390, obispo y doctor de la Iglesia‎)

LOS CATÓLICOS Y EL HALLOWEEN


@iesuRangel / Aciprensa

¿QUÉ SIGNIFICA HALLOWEEN?
Halloween significa "All hallow's eve", palabra que proviene del inglés antiguo, y que significa "víspera de todos los santos", ya que se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. Sin embargo, la antigua costumbre anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween marca un retorno al antiguo paganismo, tendencia que se ha propagado también entre los pueblos hispanos.

HISTORIA DE HALLOWEEN
La celebración del Halloween se inició con los celtas, antiguos pobladores de Europa Oriental, Occidental y parte de Asia Menor. Entre ellos habitaban los druidas, sacerdotes paganos adoradores de los árboles, especialmente del roble. Ellos creían en la inmortalidad del alma, la cual decían se introducía en otro individuo al abandonar el cuerpo; pero el 31 de octubre volvía a su antiguo hogar a pedir comida a sus moradores, quienes estaban obligados a hacer provisión para ella.

El año céltico concluía en esta fecha que coincide con el otoño, cuya característica principal es la caída de las hojas. Para ellos significaba el fin de la muerte o iniciación de una nueva vida. Esta enseñanza se propagó a través de los años juntamente con la adoración a su dios el "señor de la muerte", o "Samagin", a quien en este mismo día invocaban para consultarle sobre el futuro, salud, prosperidad, muerte, entre otros.

Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las costumbres paganas. Es decir, la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que es el día siguiente, hizo que se mezclara. En vez de recordar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.

Algunos inmigrantes irlandeses introdujeron Halloween en los Estados Unidos donde llegó a ser parte del folclor popular. Se le añadieron diversos elementos paganos tomados de los diferentes grupos de inmigrantes hasta llegar a incluir la creencia en brujas, fantasmas, duendes, drácula y monstruos de toda especie. Desde ahí, se ha propagado por todo el mundo.

El 31 de octubre por la noche, en los países de cultura anglosajona o de herencia celta, se celebra la víspera de la fiesta de Todos los Santos, con toda una escenografía que antes recordaba a los muertos, luego con la llegada del Cristianismo a las ánimas del Purgatorio, y que ahora se han convertido en una ensalada mental en la que no faltan creencias en brujas, fantasmas y cosas similares.

En cambio, en los países de cultura mediterránea, el recuerdo de los difuntos y la atención a la muerte se centra en el 2 de noviembre, el día siguiente a la celebración de la resurrección y la alegría del paraíso que espera a la comunidad cristiana, una familia de "santos" como la entendía San Pablo.


Diversas tradiciones se unen, se mezclan y se influyen mutuamente en este comienzo de noviembre en las culturas de los países occidentales. En Asia y Africa, el culto a los antepasados y a los muertos tiene fuertes raíces pero no está tan ligado a una fecha concreta como en nuestra cultura.


¿QUÉ SE CELEBRA EN LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS?
Sin embargo, para los creyentes es la fiesta de todos los Santos la que verdaderamente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio predicado por Jesús. El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido "templos del Espíritu Santo".

Como asegura Bruno Forte, profesor de la Facultad teológica de Nápoles, al contrario de quienes no creen en la dignidad personal y desvalorizan la vida presente creyendo en futuras reencarnaciones, el cristiano tiene "una visión en las antípodas" ya que "el valor de la persona humana es absoluto". Es ajena también al dualismo heredero de Platón que separa el cuerpo y el alma. "Este dualismo y el consiguiente desprecio del cuerpo y de la sexualidad no forma parte del Nuevo Testamento para el que la persona después de la muerte sigue viviendo en tanto en cuanto es amada por Dios". Dios, añade el teólogo, "no tiene necesidad de los huesos y de un poco de polvo para hacernos resucitar. Quiero subrayar que en una época de "pensamiento débil" en la que se mantiene que todo cae siempre en la nada, es significativo afirmar la dignidad del fragmento que es cada vida humana y su destino eterno".

La fiesta de Todos los Fieles Difuntos fue instituido por San Odilón, monje benedictino y quinto Abad de Cluny en Francia el 31 de octubre del año 998. Al cumplirse el milenario de esta festividad, el Papa Juan Pablo II recordó que "San Odilón deseó exhortar a sus monjes a rezar de modo especial por los difuntos. A partir del Abad de Cluny comenzó a extenderse la costumbre de interceder solemnemente por los difuntos, y llegó a convertirse en lo que San Odilón llamó la Fiesta de los Muertos, práctica todavía hoy en vigor en la Iglesia universal".

"Al rezar por los muertos -dice el Santo Padre-, la Iglesia contempla sobre todo el misterio de la Resurrección de Cristo que por su Cruz nos obtiene la salvación y la vida eterna. La Iglesia espera en la salvación eterna de todos sus hijos y de todos los hombres".

Tras subrayar la importancia de las oraciones por los difuntos, el Pontífice afirma que las "oraciones de intercesión y de súplica que la Iglesia no cesa de dirigir a Dios tienen un gran valor. El Señor siempre se conmueve por las súplicas de sus hijos, porque es Dios de vivos. La Iglesia cree que las almas del purgatorio "son ayudadas por la intercesión de los fieles, y sobre todo, por el sacrificio propiciatorio del altar", así como "por la caridad y otras obras de piedad".

En razón a ello, el Papa a los católicos "a rezar con fervor por los difuntos, por sus familias y por todos nuestros hermanos y hermanas que han fallecido, para que reciban la remisión de las penas debidas a sus pecados y escuchen la llamada del Señor".


HALLOWEEN: ¿POR QUÉ LA CALABAZA, LAS GOLOSINAS Y LOS DISFRACES?
En Halloween (de All hallow's eve), literalmente la Víspera de Todos los Santos, la leyenda anglosajona dice que es fácil ver brujas y fantasmas. Los niños se disfrazan y van -con una vela introducida en una calabaza vaciada en la que se hacen incisiones para formar una calavera- de casa en casa. Cuando se abre la puerta gritan: "trick or treat" (broma o regalo) para indicar que gastarán una broma a quien no les de una especie de propina o aguinaldo en golosinas o dinero.

Una antigua leyenda irlandesa narra que la calabaza iluminada sería la cara de un tal Jack O'Lantern que, en la noche de Todos los Santos, invitó al diablo a beber en su casa, fingiéndose un buen cristiano. Como era un hombre disoluto, acabó en el infierno.

LOS DISFRACES
Europa sufrió durante un largo período de tiempo la plaga bubónica o "peste bubónica" (también conocida como la "muerte negra") la cual aniquiló a casi la mitad de la población. Esto creó un gran temor a la muerte y una enorme preocupación por ésta. Se multiplicaron las misas en la fiesta de los Fieles Difuntos y nacieron muchas representaciones satíricas que le recordaban a la gente su propia mortalidad.

Estas representaciones eran conocidas como la Danza de la Muerte. Dado el espíritu burlesco de los franceses, en la víspera de la fiesta de los Fieles Difuntos, se adornaban los muros de los cementerios con imágenes en las que se representaba al diablo guiando una cadena de gente: Papas, reyes, damas, caballeros, monjes, campesinos, leprosos, entre otros, y los conducía hacia la tumba. Estas representaciones eran hechas también a base de cuadros plásticos, con gente disfrazada de personalidades famosas y en distintas etapas de la vida, incluida la muerte a la que todos debían de llegar.

De estas representaciones con disfraces, se fue estableciendo la costumbre de caracterizarse durante estas fechas.

OBSEQUIO O TRUCO
La tradición del "obsequio o truco" (Trick or Treat) tiene su origen en la persecución que hicieron los protestantes en Inglaterra (1500-1700) contra los católicos. En este período, los católicos no tenían derechos legales. No podían ejercer ningún puesto público y eran acosados con multas, impuestos elevados y hasta cárcel. El celebrar misa era una ofensa capital y cientos de sacerdotes fueron martirizados.

Un incidente producto de esta persecución y de la defensa del catolicismo fue el intento de asesinar al rey protestante Jaime I utilizando pólvora de cañón. Era un levantamiento católico contra los opresores. Sin embargo el "Gunpowder Plot" fue descubierto cuando el que cuidaba la pólvora fue capturado y, tras hacerle confesar, terminó en la horca. Esto muy pronto se convirtió en una gran celebración en Inglaterra (incluso hasta nuestros días). Muchas bandas de protestantes, ocultos con máscaras, celebraban esta fecha (los primeros días de noviembre) visitando a los católicos de la localidad y exigiéndoles cerveza y comida para su celebración amenazándolos. Con el tiempo, llegó a las colonias de norteamérica esta tradición que se fue uniendo al halloween.

Podemos entonces darnos cuenta de que el halloween también conforma una combinación de tradiciones, particularmente negativas, que los inmigrantes llevaron a los Estados Unidos; tradiciones que fueron atenuándose poco a poco en Europa pero que se preservaron por la cultura anglosajona establecida en América.


ALTERNATIVAS A HALLOWEEN
Los cristianos debemos no solo desenmascarar el mal sino ser además luz en las tinieblas. Debemos abogar por el retorno a la verdadera celebración de la Fiesta de Todos los Santos que comienza en la noche del 31 de octubre. En la liturgia de esa noche, San Pablo nos enseña que los santos están con nosotros:

Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación.
Hebreos 12,22-24

Debemos celebrar gozosamente esta realidad. Se pueden hacer muchas celebraciones en torno a los santos. Los niños se pueden disfrazar de un santo favorito y aprenderse su vida, especialmente sus virtudes, con el fin de imitarlas.  Los mayores pueden leer sobre los santos, tener una fiesta en honor a un santo favorito de la comunidad o de la familia.

Tradicionalmente en España y en algunas comunidad sede Latino América, solía irse de puerta en puerta cantando, tocando instrumentos musicales y pidiendo dinero para celebrar misas para las ánimas del Purgatorio.

La Fiesta de Todos los Santos es una invitación a ser nosotros también santos. Las vidas maravillosas de los santos nos ayudan a vivir más perfectamente el Evangelio. Encontramos en ellos grandes amigos que intercederán desde el cielo por nuestra salvación.