Coronilla de la Divina Misericordia


NOS CUENTA SANTA FAUSTINA EN SU VISIÓN DEL VIE. 13/SEP/1935
En la noche, mientras estaba en mi celda, (cuarto) vi un ángel que era el ejecutor de la cólera de Dios.  Tenía una túnica clara y el rostro resplandeciente; una nube bajo sus pies y de la nube salían rayos y relámpagos que iban en sus manos y de sus manos salían y alcanzaban la tierra.  Cuando vi aquella señal de la cólera de Dios, que debía castigar la tierra y particularmente cierto lugar, que por justos motivos no puedo nombrar, comencé a rogar al Ángel, para que se detuviera por algún momento y el mundo habría hecho penitencia.  Pero mi invocación no tuvo ningún efecto frente a la ira de Dios.  En aquel momento vi a la Santísima Trinidad.  La grandeza de su majestuosidad me penetró profundamente y no me atreví a repetir la invocación.  En aquel mismo instante sentí que en mi alma estaba la fuerza de la gracia de Jesús.  Cuando tuve conciencia de esta gracia, en el mismo momento quedé raptada delante del Trono de Dios ¡Oh cuán grande es el Señor y Dios nuestro, e inconcebible es su Santidad!  No trataré ni describir tal grandeza, ya que dentro de poco lo veremos todos cual Él es.  Comencé a implorar a Dios por el mundo, con las palabras que oía interiormente.  Mientras rogaba así vi la impotencia del Ángel que no pudo cumplir el castigo que era justamente debido por los pecados.  Nunca todavía había rogado con tal potencia interior como en ese momento.  
            A la mañana del siguiente, mientras entraba en nuestra capilla, oí en el alma estas palabras de nuestro Señor: “Esta plegaria sirve para aplacar mi ira”       

CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA

(Con las intenciones del sab.30/05/2020, desde la gruta de Ntra. Sra. De Lourdes, en los jardines de Vaticano)

L./  Nos persignamos + En el Nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, amén.

 

T./  Padre celestial, fortalecidos con el Espíritu Santo, renunciamos al pecado, al mal y todas sus seducciones, nos arrepentimos de todas nuestras faltas y nos comprometemos a cumplir con el propósito de la enmienda.

Nosotros creemos en ti, Dios Padre todopoderoso, creemos en el Espíritu Santo consolador, creemos y aceptamos a Jesucristo como nuestro único Rey, Señor y salvador acogemos en nuestras vidas, obras y trabajos a la Santísima Virgen María, Madre de la Divina Misericordia, quien mora junto a  nosotros, por siempre, amén.

 

Rezamos un Padre nuestro

L./  Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

T./  Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

 

Rezamos un Ave María

L./  Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

T./  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

 

Rezamos un Credo

L./  Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado,  descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos; está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso.

T./  Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica; la comunión de los Santos.  El perdón de los pecados.  La resurrección de los muertos, la vida eterna. Amén.

         

 L./  Querido papá Dios, en el nombre de tu amado hijo Jesucristo, imploramos que el espíritu santo resplandezca en nosotros tu amor y a la vez suplicamos: que a través de la madre de la Divina Misericordia bendigas a toda mi familia, danos la fuerza para perseverar en estos caminos para tu gloria, Te damos gracias por tu amor, te damos gracias por crearnos, loado seas por siempre. Amén.

 

Utilizando la camándula (Santo Rosario) para llevar las cuentas

 

1ra. Petición:
L./  Oremos a Dios infinita Misericordia, por los médicos, los enfermeros, y todo el personal sanitario para que el Señor Jesús los fortalezca en el amor, la fe, la esperanza y la caridad, los bendiga e ilumine.  Oremos muy especialmente por quienes han perdido la vida desempeñando su Heroico trabajo, para que el Señor los reciba con su amor en el reino de los cielos.
T./  Amado Jesús, que nada, ni nadie, nos separa de ti.

 

En las cuentas grandes:

L./  Padre Eterno te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

T./  Como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

 

En las cuentas pequeñas 10 veces:

L./  Por su dolorosa pasión.

T./  Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.



2da. Petición:
L./  Oremos a Dios infinita Misericordia, por los militares, las fuerzas del orden, los bomberos y todos los voluntarios que arriesgan su vida en esta labor, para que el Señor Jesús los proteja los llene de paciencia y los guíe en su arduo trabajo.
T./  Amado Jesús, que nada, ni nadie, nos separa de ti.

 

En las cuentas grandes:

L./  Padre Eterno te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

T./  Como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

 

En las cuentas pequeñas 10 veces:

L./  Por su dolorosa pasión.

T./  Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.



3ra. Petición:
L./  Oremos a Dios infinita Misericordia, por los sacerdotes y personas consagradas que han llevado los sacramentos y las palabras de consuelo Cristiano a los enfermos. Recordemos también a quienes entre ellos han perdido la vida en el servicio de la propia comunidad, para que el Señor Jesús los abrace y consuele en el anuncio del amor.
T./  Amado Jesús, que nada, ni nadie, nos separa de ti.

 

En las cuentas grandes:

L./  Padre Eterno te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

T./  Como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

 

En las cuentas pequeñas 10 veces:

L./  Por su dolorosa pasión.

T./  Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

 

4ta. Petición:
L./  Oremos a Dios infinita Misericordia, por los moribundos sobre todo por aquellos que se apagan en la soledad, por nuestros difuntos para que el Señor Jesús los reciba en la casa del Padre y por todas las familias que han quedado en el dolor, para que el Señor Jesucristo los consuele y fortalezca.
T./  Amado Jesús, que nada, ni nadie, nos separa de ti.

 

En las cuentas grandes:

L./  Padre Eterno te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

T./  Como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

 

En las cuentas pequeñas 10 veces:

L./  Por su dolorosa pasión.

T./  Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

T./  Amado Jesús, que nada, ni nadie, nos separa de ti.

 

5ta. Petición:

L./  Oremos a Dios infinita Misericordia, por los que necesitan ser sostenidos en la fe y en la esperanza, por los desocupados, las personas que se han quedado solas y por todos los Niños que han venido al mundo, para que el Señor Jesús fuente de vida de amor, los llene de consuelo y protección.
T./  Amado Jesús, que nada, ni nadie, nos separa de ti.

 

En las cuentas grandes:

L./  Padre Eterno te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

T./  Como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

 

En las cuentas pequeñas 10 veces:

L./  Por su dolorosa pasión.

T./  Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

 

Para finalizar los cinco Misterios, decimos tres veces: 

L./  Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.

T./  Ten piedad de nosotros y del mundo entero.

 

“El Señor de la Misericordia me bendiga y me guarde; ilumine El Señor de la Misericordia su rostro sobre mi y me sea propicio, El Señor de la Misericordia me muestre su rostro y me conceda la paz”.

 + En el Nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, amén.

      LA HORA DE LA MISERICORDIA

Jesús llamó “La Hora de la Misericordia” a las 03 de la tarde implorando mi Misericordia especialmente para los pecadores y aunque sea por un momento, contemplen mi Pasión; sobre todo el abandono en el momento de mi agonía.  Esta es la hora de la gran Misericordia para todo el mundo.  En esta Hora no negaré nada al alma que lo pida en recuerdo de mi Pasión”.

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