En el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
ORACIÓN INICIAL
Creo en ti, Amor del Padre y del
Hijo, ¡Oh! Divino Espíritu, Cauteriza en mí: la soberbia, la avaricia, la
lujuria, la ira, la gula, la envidia, la pereza y todo lo que del mal provenga,
en esta oración me decido por ti y tus dones, por la luz y la alegría, pues que
el amor y la paz fluyan en mí para siempre. Aleluya.
VENI CREATOR ESPIRITUS:
Ven, creador Espíritu
amoroso, Ven y visita el alma que a ti clama, con gracia de lo alto, llena e
inflama, los pechos que creaste poderoso. Tú que abogado fiel eres llamado, del
Altísimo don perenne fuente, Tú que te llamas, caridad ferviente, Espiritual
Fuego Sagrado. Tú te infundes al alma en
siete dones, fiel promesa del Padre Soberano, tu eres el dedo de su diestra
mano, tu nos dictas palabras y razones. Ilustra con tu luz, nuestros sentidos,
del Corazón expulsa la tibieza, haznos la corporal flaqueza, con tu eterna
virtud fortalecidos. Por ti el maligno espíritu ahuyentado, gocemos de paz santa y duradera, y siendo tú guía,
cierto en la carrera, todo mal evitemos
y pecados. Por ti al eterno Padre conozcamos y al Hijo soberano omnipotente y
en ti Espíritu de ambos procedente, con viva fe y amor siempre creamos. Toda
gloria sea dada al Padre Eterno, al Hijo que resucitó glorioso y al Soberano Espíritu amoroso, ahora y en los siglos sempiternos.
ORACIÓN DEL DÍA 3: Consejo, Nos
señala los caminos de la santidad, el querer de Dios en nuestra vida diaria,
nos anima a seguir la solución que más concuerda con la gloria de Dios y el
bien de los demás. Nos ayuda a discernir y decidir a la luz de la voluntad de
Dios. El Don de Consejo nos ayuda a enfrentar mejor los momentos duros y
difíciles de la vida, al mismo tiempo que nos da la capacidad de aconsejar,
inspirados en el Espíritu Santo, a quienes nos piden ayuda, a quienes necesitan
palabras de aliento y vida.
Recitar 7 veces: Ven Espíritu Divino, Ven aviva nuestros corazones. Ven lumbre Santa y séllanos con tus dones.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Los Frutos de mi espíritu son el Amor de Yahveh para con mi prójimo, Yo
soy la Alegría activa sembrando la Paz que poseo, Yo soy la Paciencia en mi
comportamiento, Yo soy la Afabilidad Bondadosa en mi desenvolvimiento, Yo soy
la Fidelidad con Yahveh y con él a mis hermanos, Yo soy la Mansedumbre
manteniendo avivado el Dominio de mi mismo. Porque Confío en Cristo Jesús,
puesto que con él he crucificado mi carne junto a sus pasiones y apetencias. Así
sea, aleluya.
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