En el Nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
CON LA HERMANA FAUSTINA (10-09-1997 Madre de la Divina
Misericordia)
Oh Dulce néctar de mi vida; glorioso
Divino Jesús Misericordioso, te hablo con la sinceridad de mi mente, alma,
corazón, espíritu:
En mis debilidades y fortaleza: Tuyo Soy.
En mis caídas y victorias: Tuyo Soy.
En mis tristezas y alegrías: Tuyo Soy.
En mis dolores y alivios: Tuyo Soy.
En mis pesadillas y sublimes sueños: Tuyo Soy.
En mis desesperaciones y tranquilidad:
Tuyo Soy.
En mis problemas y soluciones: Tuyo Soy.
Señor mío Jesucristo, os suplico
contritamente que no me dejes apartar de ti, aunque en mi Camino me detenga,
contigo avance, siempre juntos en unísono
palpitar de corazón. Tuyo Soy, para siempre. Amén-Aleluya.
Jesús: “Cuando contemplas
en el fondo de tu corazón lo que te digo, sacas un provecho mucho mayor que si
leyeras muchos libros. Oh, si las almas quisieran escuchar Mi voz cuando les
hablo en el fondo de sus corazones, en poco tiempo llegarían a la cumbre de la
santidad.” (Diario 584).
Santa
Faustina:
“No busco la felicidad fuera de mi interior donde mora Dios. Gozo de Dios en mi
interior, aquí vivo continuamente con Él, aquí existe mi relación más íntima
con Él, aquí vivo con Él segura, aquí no llega la mirada humana. La Santísima
Virgen me anima a relacionarme así con Él. “( Diario 454).
Oración: Santa Faustina,
enséñame a cumplir con el Señor visitándolo en mi propia alma, para escuchar su
voz y compartir con él todos los momentos de mi vida. Ayúdame a obtener la
gracia de contemplar la misericordia en la vida cotidiana.
Oración
final:
Santa María Faustina, nos dijiste que tu misión continuaría después de tu
muerte y que no nos olvidarías (diario # 281, 1582). Nuestro Señor te concedió
un gran privilegio cuando te dijo que "distribuyeras las gracias como tu
quisieras, a quien tu quisieras y cuando tu quisieras" (diario # 31).
Confiando en esta promesa, te pido tu intercesión por las gracias que necesito,
especialmente por la conversión de todos los pecadores y ( intención personal)
Ayúdame, sobre todas las cosas, a confiar en
Jesús como tu lo hiciste y así glorificar su misericordia a cada instante de mi
vida. Amén.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Santa Faustina, (Diario, 651)
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