04 de Octubre
Día 9 - La devoción a Nuestra Señora
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
CON LA HERMANA FAUSTINA (10-09-1997 Madre de la Divina
Misericordia)
Oh Dulce néctar de mi vida; glorioso
Divino Jesús Misericordioso, te hablo con la sinceridad de mi mente, alma,
corazón, espíritu:
En mis debilidades y fortaleza: Tuyo Soy.
En mis caídas y victorias: Tuyo Soy.
En mis tristezas y alegrías: Tuyo Soy.
En mis dolores y alivios: Tuyo Soy.
En mis pesadillas y sublimes sueños: Tuyo
Soy.
En mis desesperaciones y tranquilidad:
Tuyo Soy.
En mis problemas y soluciones: Tuyo Soy.
Señor mío Jesucristo, os suplico
contritamente que no me dejes apartar de ti, aunque en mi Camino me detenga,
contigo avance, siempre juntos en
unísono palpitar de corazón. Tuyo Soy, para siempre. Amén-Aleluya.
Virgen
María:
“Su vida debe ser similar a la mía, silenciosa y escondida; deben unirse
continuamente a Dios, rogar por la humanidad y preparar al mundo para la
segunda venida de Dios”. (Diario 625).
Santa
Faustina:
“Oh dulce Madre de Dios, sobre Ti modelo mi vida, Tú eres para mí una aurora
radiante, en ti me pierdo extasiada. Oh Madre, Virgen Inmaculada, en ti el rayo
divino se refleja. Tú me enseñas cómo amar a Dios entre las tormentas, Tú eres
mi escudo y mi defensa contra el enemigo. "(Diario 1232).
Oración: Santa Faustina, la hija más fiel de la Madre de la
Misericordia, permíteme esconderme junto a tí, bajo su manto; para que ella me
lleve a Jesús, me enseñe a participar en su vida y en la misión de revelar al
mundo la misericordia del Padre celestial. Como María, quiero dar a conocer a
Jesús – la Misericordia encarnada - a todas las personas; y preparar al mundo
para su segunda venida.
Oración
final:
Santa María Faustina, nos dijiste que tu misión continuaría después de tu
muerte y que no nos olvidarías (diario # 281, 1582). Nuestro Señor te concedió
un gran privilegio cuando te dijo que "distribuyeras las gracias como tu
quisieras, a quien tu quisieras y cuando tu quisieras" (diario # 31).
Confiando en esta promesa, te pido tu intercesión por las gracias que necesito,
especialmente por la conversión de todos los pecadores y ( intención personal)
Ayúdame, sobre todas las cosas, a confiar en
Jesús como tu lo hiciste y así glorificar su misericordia a cada instante de mi
vida. Amén.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Santa Faustina, (Diario, 651)
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