Día 06 de la Novena “La Esperanza, Victoria Segura”


En el nombre del Padre y del Hijo…
Oración De Arrepentimiento: En honor al Corazón Inmaculado de la Madre de la Divina Misericordia, imploramos: piedad Señor, piedad de los inocentes, Rey de Reyes, Señor de Señores, postrados a tus plantas te alabamos.  Loado eres Misericordia Divina, mira nuestra Fe y disposición en interceder  por los hermanos. Perdónanos te imploramos, sálvanos, libéranos, protégenos, báñanos con la Sangre y el Agua de tu costado, todo te lo entregamos. Amén.

Decir 07 veces:
V/. Porque te amo, vivo. Porque me amas, existo. Porque te amo, creo. Porque me amas, venzo. Porque te amo, confío. Porque me amas, tengo.
R/. Porque te amo,  camino. Porque me amas, eres sendero. Porque te amo, río. Porque me amas, me abrazas. Porque te amo, solo tuyo soy y seré. Porque me amas, tomas esta mi canción.

Esperanza teologal y esperanzas humanas:
Cabe el peligro de valorar tanto la esperanza teologal que se minusvaloren y se rechacen las esperanzas humanas. Esto equivaldría a un espiritualismo exagerado, característico de muchas sectas.
Otro peligro estaría en decir que la verdadera esperanza está en esta tierra, afirmando la posibilidad de fundar el paraíso en este mundo. Dicha afirmación se refleja en el marxismo, del cual queda un vestigio en la concepción actual del estado de bienestar y en la idea de un paraíso terrenal conseguido individualmente (ideas liberales actuales: éxito, capitalismo exagerado, etc.). Se confunde así la salvación prometida por Cristo con un mejor vivir aquí en la tierra.
Hay que añadir la errónea consideración del paraíso en el Cielo como algo ingenuo o egoísta.
He aquí el equilibrio: «La virtud de la esperanza responde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazón en la espera de la bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egoísmo y conduce a la dicha de la caridad.»
«Se nos advierte que de nada le sirve al hombre ganar todo el mundo si se pierde a sí mismo. No obstante, la espera de una tierra nueva no debe amortiguar, sino más bien aliviar, la preocupación de perfeccionar esta tierra, donde crece el cuerpo de la nueva familia humana, el cual puede de alguna manera anticipar un vislumbre del siglo nuevo. Por ello, aunque hay que distinguir cuidadosamente progreso temporal y crecimiento del reino de Cristo, sin embargo, el primero, en cuanto puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa en gran medida al reino de Dios.»

Oración Final: Divino Espíritu Santo, que nos vivifica y  nos santifica en el amor del Padre y del Hijo, bendice y aviva el fuego de tu amor Divino en las almas de tus soldados de ALCEMTRAR. Para que sean fieles e invencibles en la lucha, contra el poder de las tinieblas, por el reino de Jesucristo, que es amor y misericordia; brille con toda su fuerza y resplandor en su santa iglesia y el mundo entero.
Recibe nuestras vidas, nuestro  trabajo, sufrimiento y dolores, como una ofrenda agradable a tus ojos; que nuestros corazones ardan como hornos ardientes de amor por ti y para ti. Nos dirigimos a ti, Madre Santísima María y siempre Virgen, que eres Madre de amor y Misericordia, alcánzanos del Señor fuente y manantial inagotable de la Divina Misericordia, las gracias necesarias de la entrega y de la fidelidad en los momentos más difíciles, para que nada ni nadie nos separe de tu Divino Hijo Jesús.
Santísima Madre haced, de nuestras vidas sagrarios vivientes de oración y adoración a la Santísima Trinidad en la Eucaristía, que seamos almas adoradoras  y reparadoras hoy y siempre. Amén

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